jueves, 14 de mayo de 2020

COMO MEJORAR LA AUTOESTIMA

Quiérete, un punto a favor de la autoestima. | Vanguardia.com

¿Qué es la autoestima?
Mruk define la autoestima como el hecho de sentirse valioso (merecedor) y capaz (competente). Así pues, la autoestima resulta de la interacción de dos componentes: merecimiento y competencia.

Además, la autoestima actúa como una fuerza que organiza la percepción, la experiencia y la conducta a lo largo del tiempo. Es decir, la autoestima moldea la conducta, a la vez que es moldeada por ella: la autoestima proporciona estabilidad a mi conducta, y al mismo tiempo permanece abierta al cambio.

Una buena dosis de autoestima es uno de los recursos más valiosos de que puede disponer un niño/a o adolescente. Una persona con autoestima aprende más eficazmente, desarrolla relaciones mucho más gratas, está más capacitado/a para aprovechar las oportunidades que se le presenten, para trabajar de manera más productiva y desarrolla la ser autosuficiencia, ya que permite poseer una mayor conciencia del rumbo que sigue. Y lo que es más, si el/la niño/a o adolescente termina esta etapa de su vida con una autoestima fuerte y bien desarrollada podrá entrar en la vida adulta con buena parte de los cimientos necesarios para llevar una existencia productiva y satisfactoria.

Una persona con autoestima: actuará independientemente, asumirá sus responsabilidades, afrontará nuevos retos con entusiasmo, estará orgulloso/a de sus logros, demostrará amplitud de emociones y sentimientos, tolerará bien la frustración, se sentirá capaz de influir positiva mente en otra personas.

La Autoestima y el autoconcepto | UNAM Global

Con mucha frecuencia las experiencias capaces de reforzar la autoestima están relacionadas con el colegio, y por ello producen una ansiedad con la que el/la niño/a y el adolescente lucha continuamente; la carencia de autoestima le lleva a obtener malas notas y éstas le inducen a considerarse todavía menos, a tener menos estimación por sí mismo/a. 

De esta forma, el/la niño/a entra en un círculo vicioso del que le resulta cada vez más difícil salir.

Cuando aumenta la autoestima, la ansiedad disminuye y ello permite que el/la niño/a participe en las tareas de aprendizaje con mayor motivación.

¿Cómo influye la autoestima en la vida cotidiana?
La autoestima influye sobre un joven en: cómo se siente,  cómo piensa, aprende y crea, cómo se valora, cómo se relaciona con los demás, cómo se comporta…

La autoestima

Los cuatro aspectos de la autoestima
La autoestima puede desarrollarse convenientemente cuando los chicos/as experimentan positivamente cuatro aspectos o condiciones bien definidas:
  • Vinculación: resultado de la satisfacción que obtiene el chico/a al establecer vínculos que son importantes para él/ella y que los/as demás también reconocen como importantes.
  • Singularidad: resultado del conocimiento y respeto que el chico/a siente por aquellas cualidades o atributos que le hacen especial o diferente, apoyado por el respeto y la aprobación que recibe de los/as demás por esas cualidades.
  • Poder: consecuencia de la disponibilidad de medios, de oportunidades y de capacidad en el chico/a para modificar las circunstancias de su vida de manera significativa.
  • Modelos o pautas: puntos de referencia que dotan al chico/a de los ejemplos adecuados, humanos, filosóficos y prácticos, que le sirven para establecer su escala de valores, sus objetivos, ideales y modales propios.
Pueden descubrirse en el/la joven problemas de vinculación si se presenta alguno de los siguientes comportamientos:
De dónde nace la baja autoestima
  • No puede comunicarse con facilidad, es incapaz de escuchar a los/as demás y comprender sus puntos de vista.
  • Es tímido/a, tiene pocos/as o ningún amigo/a y elude de forma activa las situaciones sociales; es poco consciente de los intereses o necesidades de los/as demás.
  • Habla negativamente de la familia, de su raza o grupo étnico.
  • Rara vez o nunca se ofrece para ayudar a los/as demás.
  • No cae bien a sus compañeros/as.
  • Resulta incómodo a los adultos o, por el contrario, intenta captar su atención continuamente.
  • Quiere ser siempre el centro de todo y/o constantemente intenta atraer hacia sí la atención de los demás.
  • Suele relacionarse más con cosas y animales que con gente; lleva un montón de "porquerías" en el bolsillo y las valora excesivamente.
  • Tiene dificultades para expresar sus ideas y sentimientos de manera directa y para pedir lo que necesita.
  • Le molesta tocar a los/as demás o que le toquen.
¿Cómo actuar ante el comportamiento de escasa vinculación?:
10 problemas de autoestima en adolescentes — Eres Mamá
  • Preste atención a su hijo/a/a cuando le necesite
  • Demuestre afecto en lo que usted diga o haga.
  • Elógielo/a de manera concreta
  • Demuéstrele su aprobación cuando se relacione bien con los/as demás.
  • Respete sus amistades dándole la oportunidad de que las reciba en casa y demuéstrele que usted las aprueba.
  • Comparta sus sentimientos con él/ella, que vea cómo le afectan las cosas.
  • Comparta intereses, aficiones y algunas de sus preocupaciones con el/la adolescente.
  • Haga de cuando en cuando algo especial que satisfaga sus intereses o necesidades particulares.
  • Pase algún tiempo solo/a con él/ella, sin que las necesidades de otros miembros de la familia le sirvan de distracción.

El niño/a o adolescente con escaso sentido de singularidad se expresará de alguna de las siguientes formas:
AUTOESTIMA EN LA ADOLESCENCIA: ¿qué es? Importancia y más
  • Hablará negativamente de sí mismo/a y de sus logros.
  • Se enorgullecerá poco o nada de su apariencia.
  • Demostrará poca imaginación y rara vez propondrá ideas originales.
  • Hará cosas como se le diga, sin apenas aportar nada de su propia cosecha.
  • Se sentirá incómodo/a cuando se le destaque o se le pregunte en clase.
  • Buscará con frecuencia el elogio, pero cuando lo consiga se sentirá confuso/a y lo negará.
  • Hará alardes cuando no sea el momento.
  • Se adaptará a las ideas de otros/as. Sigue pero raramente guía.
  • Tenderá a clasificar a los/as demás de un modo simple, y es probable que sea crítico/a con sus características personales.
¿Cómo actuar cuando un hijo tiene problemas de singularidad?
10 películas para trabajar la autoestima en tus clases

  • Resalte y reafirme sus dotes y características especiales
  • Acepte que su hijo/a exprese sus propias ideas, anímale a ello, aunque sean diferentes que las que usted tenga.
  • Transmita su aceptación, incluso cuando haya que censurar su comportamiento.
  • Descubra aspectos positivos en las ideas o en las conductas no habituales que manifieste, y exaltemos.
  • Acepte la experimentación por parte de él/ella con distintos trabajos actividades o ideas.
  • Respete sus puntos de vista, su singularidad, intimidad y sus pertenencias.
  • Déjele llevar a cabo tareas que supongan responsabilidad, de forma que vaya adquiriendo conocimiento de sus habilidades singulares.


El niño/a o adolescente que no desarrolla una sensación firme de poder suele comportarse de alguna de las siguientes maneras:
Problemas de autoestima en los niños
  • Puede eludir afrontar responsabilidades. No hará nada por su cuenta y habrá que recordarle constantemente los deberes que se le han marcado. Se echará atrás en las tareas que supongan para él/ella un reto.
  • Puede tener habilidades muy limitadas en muchas áreas, las típicas respuestas serían "no sé cómo" o "eso no sabré hacerlo nunca".
  • Puede actuar con frecuencia dando la sensación de estar desvalido/a y evitará hacerse cargo de los demás.
  • Puede carecer de control emocional. Una demostración continua de furia, miedo, histeria o incapacidad para enfrentarse a la frustración indica una carencia definida de control personal.
  • Puede ser excesivamente exigente o terco/a.
  • Puede querer siempre ser el líder, hacer las cosas a su manera. Será inflexible y se negará a discutir opciones y a compartir su autoridad.
¿Cómo actuar con un chico/a que tiene una inadecuada sensación de poder?
·   Estimule su responsabilidad personal.
·   Ayúdelo/a a ser consciente de su propio proceso de toma de decisiones.
·   Evalúe su procedimiento para resolver las situaciones problemáticas.
·   Reafirme los éxitos que obtenga.
·   Estimule al/la chico/a a fijarse objetivos personales, tanto a corto como a largo plazo.
·   Reafírmele cuando influya en otros de manera positiva

Problemas que pueden plantearse con los modelos:
  • Suele confundirse con facilidad. Malgasta el tiempo en actividades que aparentemente no tienen ningún objeto, o se pueden obsesionar con actividades que no tienen relación con sus obligaciones más inmediatas.
  • Se organiza mal, tanto en ideas como en comportamiento. Puede ser desaliñado/a en su persona y en sus cosas. Suele tener su habitación hecha un desastre.
  • Confunde lo bueno y lo malo.
  • Le cuesta decidirse a hacer o decir algo.
  • Responde a las instrucciones que se le dan de modo confuso  o rebelde.
  • Se muestra inseguro/a en los métodos y en los objetivos que elige cuando trabaja en equipo. Solicita continuamente instrucciones y suele insistir en que sólo hay una manera de hacer las cosas.
¿Cómo actuar con un chico/a que carece de modelos?
  • Recuerde que usted es un modelo básico para su hijo/a, sea un buen ejemplo, acorde con sus creencias.
  • Presente a su hijo/a aquellas personas a las que usted tiene gran estima, bien mediante el contacto personal, o por otros medios.
  • Ayúdelo/a a entender bien aquellas cosas en las que cree. Hable con él/ella de su escala de valores. Y si le pregunta a usted por sus creencias, háblele honradamente.
  • Haga que se proponga objetivos de comportamiento y aprendizaje que sean realistas. Que razone los pasos que debe dar para conseguir sus objetivos. Que decida qué debe aprender y en qué medida debe hacerlo.
  • Que afronte las consecuencias de su comportamiento. Deje bien clara la relación causa-efecto en lo que se refiere a su comportamiento y a las consecuencias del mismo.
  • Ayúdelo/a a que entienda cómo puede realizar sus tareas. Dígale las cosas claras y demuéstreselo si es necesario.
  • Haga un esfuerzo para entender las condiciones que influyen en su comportamiento. Comprender no significa aceptar permisivamente conductas destructivas. Intente llegar a decisiones comunes o a normas de comportamiento mediante el intercambio de opiniones.


Como punto final un consejo: escuche, siga atento/a las conversaciones con su hijo/a, no reaccione hasta que él/ella no haya terminado, probablemente aprenda cosas nuevas sobre él/ella y es probable que se dé cuenta que el/la adolescente se siente más valorado/a cuando se le escucha atentamente.

OTRAS ORIENTACIONES PARA AUMENTAR LA AUTOESTIMA
Problemas de autoestima - Mentoría
  • Mostrar interés cuando el/la niño/a realiza un trabajo, expresándolo con palabras, opiniones, juicios y actitudes.
  • Demostrar al hijo/a cariño, mediante gestos de aprobación, contacto físico (besos, caricias, abrazos...).
  • Los regalos son otra forma de demostrar satisfacción y premiar el trabajo.
  • Cuando hay una actividad que no está bien realizada, hay que decirlo, pero hay que tener presente que se critica el fallo, no la persona ( “eres un/a inútil”/”opino que eso no lo has hecho bien”).
  • Evitar el uso de “muletillas” insultantes y no sentidas: “estás tonto/a...”, o de comparaciones: “Tu hermano/a es más  pequeño/a y es más listo/a...”. Hay que comentar lo que han hecho mal, porqué lo han hecho mal y sugerir una forma de actuación mejor.
  • Manifestar complacencia, elogiándole, cada vez que el hijo/a nos presente una actividad realizada, reconocer el  esfuerzo realizado (“me gusta”... “vale”, “estupendo”...).
  • Consensuar unas mínimas normas familiares de comportamiento que deben ser respetadas por todos los miembros: reparto de responsabilidades.
  • Participar de los intereses y aficiones. Fomentar las actividades lúdicas y de ocio.
  • Asumir sus limitaciones, fracasos..., como algo connatural no solo a la edad infantil o adolescente.
  • Valorar más el esfuerzo, el empeño en hacer las cosas bien, que los buenos resultados.

Orientadores:
Diana Patricia Buitrago
Jonny Edgar Bernal
Ruth Espinosa 
Ludwing Leonardo Correa
“AUTORIDAD POSITIVA”

Educación: qué es la "crianza positiva" y cómo puedes usarla para ...

Tener autoridad es básico para la educación de los hijos. Se deben marcar límites y objetivos claros que le permitan diferenciar qué está bien y qué está mal. Pero uno de los errores más frecuentes en los que los padres y madres incurren es el excederse en la tolerancia y permisividad, que es entonces donde surgen los problemas.

Estas formas de actuar paternas y maternas, que a veces llenas de buena voluntad, coactan y desdibujan la propia autoridad y hacen que los hijos como niños y luego adolescentes, después no tengan un desarrollo equilibrado y feliz, pues al ser inadecuados generan angustia en ellos y en los padres y madres. El padre o la madre que primero reconoce el no saber qué hacer ante las conductas no adecuadas de su hijo o hija pequeños, y que luego sienten qué han perdido a su hijo ya adolescente, no puede disfrutar de una calidad de vida, pues aunque les vaya muy bien económica, laboral y socialmente, será frustrante el fracasar en el negocio más importante: LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS.


      
¿Cuáles son los errores más frecuentes que padres y madres cometen cuando interaccionan con los hijos?

Estos son los principales errores que, con más frecuencia, debilitan y disminuyen la autoridad de los padres:

J  La permisividad. 

    Es imposible educar sin intervenir. Los hijos, cuando nacen, no tiene conciencia de lo que es bueno ni de lo que es malo. No sabe si se puede rayar en las paredes o no. Los adultos son los que han de decirles lo que está bien o lo que está mal. El dejar que haga lo que quiera así este mal, como que se ponga de pie encima del sofá porque es pequeño, por miedo a frustrarlo o por comodidad es el principio de una mala educación. Un hijo que hace "fechorías" y el padre no le corrige, piensa que es porque su padre ni lo estima ni lo valora. Los hijos necesitan referentes y límites para crecer seguros y felices.

J  Ceder después de decir no. 
     
     Una vez que como padre se ha decidido a actuar, la primera regla de oro a respetar es la del no. El no, no es negociable. Nunca se puede negociar el no, el error más frecuente y que más daño hace a los hijos es el contradecirse a sí mismo. Cuando vaya a decir no a un hijo, se debe pensar bien, porque no hay marcha atrás. Si ha tomado la decisión de decir a un hijo que hoy no verá la televisión, porque ayer estuvo más tiempo del que debía y no hizo los deberes, el hijo no puede ver la televisión aunque pida de rodillas y por favor, con cara suplicante, llena de pena, otra oportunidad. Hay niños tan entrenados en esta forma de actuar que podrían enseñar mucho a las estrellas del cine y del teatro. En cambio, el sí, sí se puede negociar. Si piensa que el niño puede ver la televisión esa tarde, negocie con él qué programa puede ver y cuanto tiempo.

J  El autoritarismo.

     Es el extremo de la permisividad. Es intentar que el hijos  haga todo lo que el padre quiere anulándole su personalidad. El autoritarismo sólo persigue la obediencia por la obediencia. Su objetivo no es una persona equilibrada y con capacidad de autodominio, sino hacer una persona sumisa, esclavo sin iniciativa, que haga todo lo que dice el adulto. Es tan negativo para la educación como la permisividad.

J  Falta de coherencia. 
Quién consiente más, papá o mamá?
   Los hijos deben de tener referentes y límites estables, ya que las reacciones del padre/madre han de ser siempre dentro de una misma línea ante los mismos hechos, y haciendo referencia de hablar el mismo idioma en el momento de crear pautas o corregir. El estado de ánimo debe influir lo menos posible en la importancia que se da a los hechos. Si hoy está mal rayar en la pared, siempre lo estara. Igualmente es fundamental la coherencia entre el padre y la madre. Si el padre le dice a su hijo que se ha de comer con los cubiertos, la madre le ha de apoyar, y viceversa. No debe caer en la trampa de: "Déjalo que coma como quiera, lo importante es que coma", y ante todo no contradecirse.

J  Gritar. Perder los estribos.
    Cerca de un niño triste y un hombre gritando sobre el fondo
     A veces es difícil no perderlos. De hecho todo educador sincero reconoce haberlos perdido alguna vez en mayor o menor medida. Perder los estribos supone un abuso de la fuerza que conlleva una humillación y un deterioro de la autoestima para los hijos. Además, a todo se acostumbran las personas y en mayor medida los hijos. Los hijos también a los gritos a los que cada vez hace menos caso. Al final, para que haga caso, habría que gritar tanto que ninguna garganta humana está concebida para alcanzar la potencia de grito necesaria para que un hijo reaccionase. Gritar conlleva un gran peligro inherente. Cuando los gritos no dan resultado, la ira del adulto puede pasar fácilmente al insulto, la humillación e incluso los malos tratos psíquicos y físicos, lo cual es muy grave. Nunca se debe llegar a este extremo. Si los padres se sienten desbordados, deben pedir ayuda: tutores, psicólogos, escuelas de padres...

J  No cumplir las promesas ni las amenazas.
    
    Los hijos aprende muy pronto que cuanto más promete o amenaza un padre/madre menos cumple lo que dicen. Cada promesa o amenaza no cumplida es un negarse la posibilidad de exigir o de imponer la autoridad que se queda por el camino. Las promesas y amenazas deber ser realistas, es decir fáciles de aplicar. Un día sin televisión o sin salir, es posible. Un mes es imposible.

J  No negociar. 
No te engañes: no eres un buen padre, ni tampoco una buena madre ...
     No negociar nunca implica rigidez e inflexibilidad. Supone autoritarismo y abuso de poder, y por lo tanto incomunicación. Un camino ideal para que en la adolescencia se rompan las relaciones entre los padres y los hijos.

J  No escuchar. 
Las 7 razones por las que los padres deben escuchar a sus hijos
    Una buena madre y/o padre es la quien escucha a su hijo aunque esté hablando por teléfono. Muchos padres se quejan de que sus hijos no los escuchan. Y el problema es que ellos no han escuchado nunca a los hijos. Los han juzgado, evaluado y les han dicho lo que habían de hacer, pero escuchar... nunca.

J  Exigir éxitos inmediatos. 
La autoridad se pierde en instantes
   Con frecuencia, los padres tienen poca paciencia con los hijos. Querrían que fueran los mejores... ¡ya!. Con los hijos olvidan que nadie ha nacido enseñado. Y todo requiere un periodo de aprendizaje con sus correspondiente errores. Esto que admiten en los demás no pueden soportarlo cuando se trata de sus hijos, en los que sólo ven las cosas negativas y que, lógicamente, "para que el niño aprenda" se las repiten una y otra vez.

Sin embargo, una vez que se sabe lo que se ha de evitar, algunos consejos y "trucos" sencillos pueden aligerar este problema, ofrecer un desarrollo equilibrado a los hijos y proporcionar paz a las personas y al hogar. Estos consejos sólo requieren, por un lado, el convencimiento -muy importante- de que son efectivos y, por otro, llevarlas a la práctica de manera constante y coherente.

Algunas de estas técnicas ya han sido comentadas al hablar de los errores, y ya no insistiré en ellas. Me limitaré a enunciar brevemente, actuaciones concretas y positivas que ayudan a tener prestigio y autoridad positiva ante los hijos:

J  Tener unos objetivos claros 
Las 10 conductas de los padres que entorpecen la educación de los ...
     de lo que pretende cuando se educa. Es la primera condición sin la cual se pueden dar muchos pasos en falso. Estos objetivos han de ser pocos, formulados y compartidos por la pareja o quienes están encargados de la crianza del niño/niña, de tal manera que los todos se sientan comprometidos con el fin que persiguen. Requieren tiempo de comentario, incluso, a veces, papel y lápiz para precisarlos y no olvidarlos. Además deben revisarse si se sospecha que se han olvidado o ya se han quedado desfasados por la edad del niño o las circunstancias familiares.

J  Enseñar con claridad cosas concretas. 
Primera reunión de padres
   Al niño no le vale decir "sé bueno", "pórtate bien" o "come bien". Estas instrucciones generales no le dicen nada. Lo que sí le vale es darle con cariño instrucciones concretas de cómo se coge el tenedor y el cuchillo, por ejemplo. O simplemente si se quiere un buen ejemplo para los hijos, como padre/madre se debe dar ese buen ejemplo.
J  Dar tiempo de aprendizaje. 
Exercise Book. Difficulties Tasks. Study. Dad. Helps Do Homework ...
    Una vez se han dado las instrucciones concretas y claras, las primeras veces que las pone en práctica, necesita atención y apoyo mediante ayudas verbales y físicas, si es necesario. Son cosas nuevas para él o ella y requiere un tiempo y una práctica guiada.

J  Valorar siempre los intentos y los esfuerzos de los hijos por mejorar,
6 cosas maravillosas que he aprendido de mi hijo
     resaltando lo que hace bien y pasando por alto lo que hace mal. Pensando que lo que le sale mal no es por  generar fastidio, sino porque está en proceso de aprendizaje. Al niño, como al adulto, le encanta tener éxito y que se lo reconozcan.

J  Dar ejemplo 
    

    para tener fuerza moral y prestigio. Sin coherencia entre las palabras y los hechos, jamás conseguirá nada de los hijos. Antes, al contrario, se les confundirá y se les defraudara. Un padre no puede pedir a su hijo que haga la cama si él no la hace nunca.

J  Confiar en los hijos. 
  6 claves para mejorar la comunicación entre padres e hijos - La ...
    La confianza es una de las palabras clave. La autoridad positiva supone que el niño tenga confianza en los padres. Es muy difícil que esto ocurra si el padre no da ejemplo de confianza en el hijo.

J  Actuar y huir de los discursos. 
La importancia de la confianza entre tu hijo y tú — Eres Mamá
    Una vez que los hijos tiene claro cual ha de ser su actuación, es contraproducente invertir el tiempo en discursos para convencerlo. Los sermones tienen un valor de efectividad igual a 0 o ninguna. Una vez que el niño ya sabe qué ha de hacer, y no lo hace, actúe consecuentemente y aumentará su autoridad.

J  Reconocer los propios errores
Instituto San José de la Salle
    Nadie es perfecto, los padres tampoco. El reconocimiento de un error por parte de los padres da seguridad y tranquilidad al niño/a y le anima a tomar decisiones aunque se pueda equivocar, porque los errores no son fracasos, sino equivocaciones que afirman lo que se debe evitar. Los errores enseñan cuando hay espíritu de superación en la familia.


Todas estas recomendaciones pueden ser muy válidas para tener autoridad positiva o totalmente ineficaces e incluso negativas. Todo depende de dos factores, que si son importantes en cualquier actuación humana, en la relación con los hijos son absolutamente imprescindibles: amor y sentido común.

Educar es estimar, El amor hace que las técnicas no conviertan la relación en algo frío, rígido e inflexible y, por lo tanto, superficial y sin valor a largo plazo. El amor supone tomar decisiones que a veces son dolorosas, a corto plazo, para los padres y para los hijos, pero que después son valoradas de tal manera que dejan un buen sabor de boca y un bienestar interior en los hijos y en los padres.

El sentido común es lo que hace que se aplique la técnica adecuada en el momento preciso y con la intensidad apropiada, en función del niño, del adulto y de la situación en concreto. El sentido común nos dice que no debemos matar moscas a cañonazos ni leones con tirachinas. Un adulto debe tener sentido común para saber si tiene delante una mosca o un león. Si en algún momento tiene dudas, debe buscar ayuda para tener las ideas claras antes de actuar.

Orientadores:

Diana Patricia Buitrago
Jonny Edgar Bernal
Ruth Espinosa 
Ludwing Leonardo Correa