HÁBITOS DE ESTUDIO
Los hábitos de estudio son una
serie de estrategias que garantizan un éxito académico, mucho más que el nivel
de inteligencia o de memoria.
Lo
que determina nuestro buen desempeño académico es el tiempo que se dedica y el
ritmo que le se imprime al trabajo escolar. Durante el bachillerato, por lo general
se van incorporando unos hábitos de estudio de manera no sistemática, ya que no
suelen enseñarse directamente. Al iniciar la universidad no sólo se tiene más
contenido y nivel de exigencia, sino que se tiene menos control externo, y
porque el estilo pedagógico es diferente (menos exámenes y controles
periódicos). Así, comenzar la universidad exige a la mayoría de la gente
mejorar sus estrategias de organización del tiempo, su habilidad para tomar
notas, sus técnicas de búsqueda y selección de información, su atención y
concentración prolongadas. Conocer y entrenarse en hábitos de estudio que
potencien y faciliten la habilidad para aprender, son pasos clave para sacar el
máximo provecho y conseguir el mejor rendimiento en el año de formación
académica. Aquí se presentan y proponen algunas estrategias básicas que, con
algo de esfuerzo, pueden ayudar a aprovechar el tiempo de estudio. Si considera
que necesita mejorar los hábitos académicos, debería intentar ponerlas en
práctica.
· Planificar el tiempo de manera realista. Las técnicas para organizar
y aprovechar el tiempo pueden ayudar a tener más control en la vida y conseguir
tiempo de estudio más eficaz, y por tanto disponer de más tiempo libre. · Estructurar un horario académico como si fueran 40 horas
semanales de trabajo; después de todo estudiar es la actividad principal.
Si un día no se cumplen las horas previstas, se debe recordar
que se tendrá que recuperarla al día siguiente.
· Utilizar un calendario para registrar todas las actividades de
horario regular y las fechas asignadas para exámenes y trabajos. Incluye tiempo para dormir,
hacer ejercicios físicos y actividades sociales. Es difícil aprender estando aturdido
o agotado.
· Determinar el mejor lugar y momento del día para estudiar. Lo ideal es estudiar sin
distracciones (televisión, ruidos, olores, etc.), en un lugar ordenado, bien
aireado y con buena luz, y disponiendo de un asiento cómodo.
· Revisar cada día los apuntes de clase; Ayudará a afianzar
contenidos y a comprender mejor los nuevos temas. Si un día se pierden los
apuntes, se deben conseguir cuanto antes para no perder el hilo.
· Dividir los trabajos muy extensos o complicados en sub-tareas o
etapas más pequeñas y manejables. Ello permitirá ir avanzando, sin agobiarse con tanto
volumen de trabajo.
·
Premiarse por completar las tareas. Es decir, reconocer lo que se
ha logrado, aunque aún no haya terminado el proyecto entero; puede ayudar
a tener mejor disposición ante lo que aún queda por hacer.
· Leer activamente. Antes de leer, es recomendable revisar el material a
trabajar: leer las introducciones y resúmenes, teniendo en cuenta que
queden claros los objetivos y contenidos. Esto ayudará a tener presente las ideas
centrales y más relevantes con las que ir relacionando el resto de la
información.
· Lee comprensivamente, Es recomendable no avanzar sino algo no está entendiendo. Memorizar sin
comprender puede confundir, y los contenidos se olvidan rápidamente.
· Tomar notas a medida que se lee. Intentar hacer un esquema
del material, organizando las ideas principales y todos los detalles que las
justifican. Organizar las ideas de una manera que tenga sentid, facilitará
recordar los detalles. En propias palabras, escribir un breve resumen de las
ideas centrales o hacer un diagrama que ilustre las relaciones entre las ideas
principales. Si consigues organizar y expresar los contenidos con tus propias
palabras, estás realmente aprendiendo, y será difícil que olvides esos
contenidos.
· Potenciar la memoria al máximo. Para estudiar, es importante que esté concentrado: a mayor
concentración, mayor capacidad de memoria. Por eso es importante
que antes de comenzar a estudiar, se deben atender a las necesidades básicas de sueño, alimentación y/o relajación para poder
concentrarte al máximo.
·
Utilizar un sistema de tarjetas o fichas para las ideas o términos que te resulten difíciles de comprender y/o
retener. Ello
permitirá consultarlas o repasarlas de manera ágil y cómoda.
·
Emplea estrategias para recordar las ideas clave. Genera ejemplos, hacer
resúmenes y fichas, subrayar textos o hacer apuntes en las márgenes. Puedes
crear acrónimos, es decir construir palabras o frases que ayuden a recordar una
serie de conceptos.
· Dibujar diagramas de los conceptos. Se debes ser capaz de explicar
verbalmente el concepto y reproducir el diagrama. Apoyarse en imágenes
visuales.
· Estudiar hasta ser capaz de definir y explicar el tema con las
propias palabras,
sin ayuda de fichas ni esquemas; es decir no sólo se debe poder reconocer información.
Las
11 mejores estrategias para un buen rendimiento académico:
1.
Hacer
una lectura completa del material asignado antes de ir a clase; subrayando y
resumiendo el contenido.
2.
Cuando
se realice la lectura, se debe hacer una lista de preguntas sobre ese material
y luego responderlas. Anotando las dudas y consúltalas.
3. Buscar
las palabras y conceptos que desconozca y escribir las definiciones en los
apuntes
4.
Asistir
a todas las clases; prestando atención y tomando apuntes.
5.
En
clase, preguntar cuando no se entienda.
6.
Trabaja
con un tutor.
7. Enterarse
o familiarizarse con los recursos disponibles en la biblioteca y en Internet
que puedan ser útiles.
8. Acercarse
a los profesores y pedirles lecturas complementarias y material con ejercicios
para repaso.
9. Formar
grupos de estudio donde se hagan preguntas entre todos para repasar y reforzar.
10. Acudir a tutoras con los
profesores para comentar temas respecto al rendimiento.
11. Participar de los programas y
talleres sobre hábitos de estudio y organización del tiempo.
Orientadores:
Diana
Patricia Buitrago
Jonny Edgar Bernal
Ruth Espinosa
Ludwing Leonardo Correa
Jonny Edgar Bernal
Ruth Espinosa
Ludwing Leonardo Correa
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